Casa Ana es un alojamiento que pertenece a nuestra pequeña empresa familiar "Apartamentos La Fuente", fundada en 1988. Nosotros mismos vivimos a la vuelta de la esquina y estamos felices de haber contribuido un poco a la preservación de este maravilloso barrio histórico. Ana, la anterior propietaria de la casa, se mudó hace años a Tenerife, pero siempre ha estado encantada con la idea de que su casa siga habitada y apreciada. Vivmos ya muchos años en Santa Cruz, nos encanta el senderismo y conocemos practicamente todos los rincones de La Palma. Estamos aquí para facilitarle su estancia, procurando dar respuesta a cualquier información y servicio que pudiera precisar.

Casa Ana se encuentra en la parte alta de Santa Cruz, en el histórico Barrio de San Sebastian o Barrio de la Canela, una zona residencial muy tranquila. Las típicas calles empedradas, los callejones y rincones con sus tradicionales casas canarias le dan al barrio un ambiente muy especial. La corta pero empinada subida (desde la Plaza España aprox. 5 min/400m a pie) se ve compensada por unas maravillosas vista desde la azotez sobre la ciudad, el puerto y el mar. En un día de buena visibilidad se puede ver Tenerife y La Gomera en el horizonte. Situado en una calle estrecha, no es posible aparcar el coche directamente delante de la casa. No obstante hay aparcamientos públicos gratuitos en las cercanías y además, a dos minutos, tenemos un aparcamiento privado con varias plazas, que compartimos con mucho gusto con Usted y nuestros otros huéspedes.

El Barrio de la Canela es uno de los más antiguos de la ciudad, ya que se encuentra en el camino principal que conecta los lados este y oeste de la isla. Lo que ahora es un sendero, en el pasado se usaba par transportar las mercancías en burro, mula e incluso camello desde el puerto de Santa Cruz hasta el otro lado de la isla. En la pequeña capilla de San Sebastián rezaban por protección, en la Fuente de Dornajos abrevaban los animales por última vez. Por desgracia, no quedan muchos de los numerosos artesanos, pequeñas tiendas y panaderías a los que el "distrito de la canela" debe su nombre. Sin embargo, los vecinos aún se conocen, se saludan, les gusta charlar e intercambiar novedades de ventana en ventana. Todavía hay un pequeño supermercado cerca y además se puede estar en el ajetreo de la zona peatonal, el mercado y en la playa en 5 minutos a pie.