El Fiordland Lodge se halla en un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad en Nueva Zelanda y goza de vistas al lago Te Anau y a las montañas circundantes.
“Es la tercera vez que estoy alojado en este Lodge (2011, 2014 y 2016). Sin lugar a dudas, ésta ha sido la mejor de todas.
Estuvimos alojados en una "cabin room" (cabaña); Las cabañas, que están separadas del edificio principal, desde mi punto de vista, merecen mucho más la pena que las habitaciones. Las cabañas son grandes, confortables, privadas.
Puntos positivos del lodge:
-La ubicación y las vistas son expectaculares; tanto desde el lobby/restaurante como desde las habitaciones (especialmente en cabañas).
-El servicio es extraordinario, tanto en el restaurante (Erika, Nate) como en recepción (Jenny). El General Manager, Andy, parece buena gente e intenta ser cercano, pero debería tener más empatía y relacionarse mejor con los huéspedes.
-El lodge "respira" tranquilidad en todo momento: la madera, el fuego, el viento, las montañas con nieve...
-La comida, tanto la cena como el desayuno, que es a la carta (no buffet), es espectacular. La mejor carne y el mejor pescado que he probado en Nueva Zelanda y Australia (éste fue nuestro viaje). Los platos, tanto en la cena como en el desayuno, están muy elaborados con productos locales y frescos.
-Las camas son muy confortables, y las habitaciones son "cálidas".
Quizás pueda resultar algo caro, pero para estar en Nueva Zelanda, y con la calidad de los servicios y de la comida, merece la pena. Sin lugar a dudas, volveremos.”
