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Vicuña
Las Cabañas Rivadavia Spa se encuentran en Vicuña, en la región de Coquimbo, y ofrecen alojamiento con estacionamiento privado gratuito. Una experiencia genial. Todo muy limpio es un lugar poco conocido y eso lo hace no ser masivo lo que se agradece para aquellos que buscan un lugar donde descansar en un entorno maravilloso. Mucha privacidad, orden y aseo. Fue un fin de semana perfecto. La piscina con agua temperada, exquisita. Lo recomiendo 100%.
La conexión con la naturaleza
La ubicación, las vistas, es un lugar que te permite desconectar y descansar muy cómodamente. Max, el anfitrión está pendiente y dispuesto a ayudar en lo que necesites, la vista del cielo nocturno del Valle es despampanante, muy seguro además para quienes viajamos solos, es un regalo poder estar rodeado de tanto silencio y convivir con la naturaleza.
El lugar para descansar y conectarse con la naturaleza es espectacular, posee una rica piscina, la habitación muy cómoda, tiene una buena área para en la noche poder ver las estrellas. El dueño muy simpático y atento.
Es un lugar muy cálido y acogedor, lleno de naturaleza alrededor, cerca del centro. Ricas camas de cuarzo. Una terraza hermosa para apreciar la puesta de sol y el cielo estrellado. Dueños de casa muy amables, te orientan y ayudan mucho a armar panoramas de viaje!
Lugar muy espacioso, nuevo, limpio , ordenado, fresco, con mucha naturaleza, plantitas por todos los rincones y detalles que marcan la diferencia. Agradecida por la disposición y buena onda de parte de los dueños del lugar , quede feliz y obviamente volvería de nuevo!
La tranquilidad, harta naturaleza y un lugar seguro
La granja educativa y el museo OVNI.
Campo de cielo es un lugar para descansar y conectarse con la naturaleza. La atención de Max y Dani, con toda su buena honda y disposición.
Excelente lugar, con muy cómodas instalaciones y muy conectado con la naturaleza. La simpatía y amabilidad del personal lo mejor, y el huevo que ofrecían en el desayuno espectacular, me recordó a los huevitos de campo que me hacía mi abuelita. Don Raúl se pasó con los pisco sour, una exquisitez.